Mar de las pampas

Esta localidad está ubicada a 330 kms de Buenos Aires y pertenece al municipio de Villa Gessell.

Un bosque cerrado, con calles de arenas que siguen el sentido marcado por las dunas. un centro comercial, calcado de un cuento de hadas y duendes. Mucho confort, casas de ensueño y una playa de arenas suaves, médanos altos y un mar azulado, con gaviotas que se bañan en espuma.

Fuera de temporada (enero a marzo), el lugar es aún más encantador, ya que no existe el ruido atronador de cuatriciclos, ni la furia adolescente, ni los gritos agudos de los niños exaltados al arribo de las olas. entonces, uno puede entregarse al placer de una interesante lectura, o recostarse en la arena sólo para escuchar las olas romper en la playa.

A pocos kilómetros, Gessell y Pinamar, para saciar las ganas de estar en la ciudad.

Pero nada más hermoso que caminar entre los pinos, descubriendo cabañas y jardines que alguna vez soñamos.

Pablo Acosta

Pablo Acosta es un pequeño paraje, a unos 70 kms de Azul, en la provincia de Buenos Aires, donde se destaca el Almacén de ramos generales, detrás del cual se ubican un par de cabañas. Allí fuimos en agosto, para disfrutar de las sierras. el lugar es hermoso, bien en medio del campo, donde casi no hay casas, una escuela y la ruta que se pierde. Muy cerca , accediendo por un camino rural se encuentra María Ignacia-Vela, un pueblo con dos nombres, debido a su estación de tren. el lugar parece detenido en el tiempo, con calles bien amplias, y una pulpería frente a la estación.

A pocos kilómetros las sierras de Tandilia, en el pueblo de Barker, con unos atardeceres fabulosos. Y tambien el Templo de los monjes trapenses, entre árboles añosos y variedades de verdes.

Costa del este

A 300 kilòmetros de Buenos aires, una de las primeras y màs bellas playas de la costa atlàntica de la provincia: Costa del este. Una inmensidad de pinos y casas estilo alpinas y una playa extensa, luego de atravesar los mèdanos. En el pueblo, el aroma de los àrboles y las calles de arena nos invitan a largas caminatas, incluso atravesando el arenal, rumbo a Mar del tuyù.

La playa, plagada de gaviotas en busca de su alimento, y un viento leve que trae el refresco del mar.

En invierno, tiene tambien su encanto, con las chimeneas humeantes y el deseo de comerse un rico chocolate, ahì nomàs, en el pequeño centro comercial.

Obviamente siempre hay un espacio para el asado y las largas charlas con amigos. y cerca, bien cerca... San Clemente, con sus termas marinas y unos atardeceres fabulosos sobre la Bahìa Samborombòn.

San Josè

En la costa del rìo Uruguay, Entre Rìos, hay una localidad preciosa llamada San Josè. las playas son extensas y doradas, se puede caminar hasta perderse en dunas que te llevan a un viejo silo. Los veleros surcan el rìo silencioso y el sol acaricia suavemente las aguas cristalinas y uno no desea otra cosa que flotar.

Cerca, bien cerca, las termas con aguas calentitas que te calman todos los dolores, menos los del alma. Un racimo de casitas pequeñas donde poder hacer un asado mientras cae la noche, en compañìa de vinos y amigos. Y la idea siempre presente de por fin decidirse a comprar una morada para darse estos gustos màs seguido.

Està todo muy cerca, hay que salir nomàs, a descubrirlo.

Chascomus

La laguna de Chascomus se encuentra a unos 150 kms de Buenos Aires, rumbeando la ruta 2. Es la laguna màs grande la provincia de Buenos Aires, y forma parte del sistema de lagunas encadenadas.
Arribamos pasadas las 11 a la ciudad y visitamos lugares històricos como el fuerte de Juan Bautista, tambien vimos las ruinas penosas del Castillo de la Amistad y la Iglesia de los negros, donde no se da misa, pero sin embargo muchos la eligen para realizar sus oraciones.
La ciudad tiene construcciones coloniales en su casco històrico, detràs del Banco Naciòn, y tambien modernas casas y cabañas, para que disfruten los amantes de la pesca. En su costanera se destacan variados restaurantes, entre ellos el del Club de pesca y atalaya, donde son famosas sus medialunas y es un maravilloso lugar para esperar ver el atardecer sobre la laguna.
Chascomus es un destino muy interesante para pasar un dìa de campo, fin de semana largo y por què no unas vacaciones gasoleras, pero ricas en disfrute.

Caviahue

Continuamos el viaje desde Huinganco con destino a Caviahue. Para ello tomamos una ruta interna, pasando por El Cholar y El Huecù, con paisajes maravillosos, pero el ripio no nos acompañò, o si, porque pinchamos en medio de la nada y nuestro viaje se demorò bastante. Sin embargo, continuamos rumbo a Loncopuè, para por fin llegar a Caviahue, una villa de sky, que en verano se puede disfrutar igualmente, ya que posee innumerables cascadas y arroyos para y lagunas para aprovechar.
Tambien escalamos el volcàn Copahue, desde donde pudimos observar paisajes increibles, como increible es su crater con una laguna sulfurosa.
Neuquen tiene lugares inmensamente hermosos para conocer, y nosotros pudimos disfrutarlos plenamente, con momentos ùnicos, que sòlo los amigos saben.

Salto del Agrio.

Las Maquinitas

Ascenso al volcàn Copahue

Norte de Neuquen

En enero de 2009 emprendimos este viaje al norte de Neuquen, gracias a los datos aportados por Daniel Fontana desde su blog "Dos 2".

El viaje lo realizamos en un Gol, donde marchamos 4 amigos (Angel, Daniel, Mariano y yo), en la misma ruta del Rally Dakar, por lo que nuestro trayecto hasta General Acha se viò acompañado por una turba de gente y autos y camiones.

Al llegar a Acha buscamos denodadamente alojamiento pero no lo conseguimos, precisamente debido a la llegada del Rally, asì es que a las 20:30, sin posibilidades ciertas, nos embarcamos en la ruta Conquistadores del desierto, para ver si tenìamos mejor suerte en 25 de mayo. Esta ruta se caracteriza por lo tremendamente aburrida, derecha, sin poblados(aunque han aparecido algunos parajes y una estaciòn de servicio en el ùltimo año). Realmente no recomendable encararla a esa hora, porque tenès todo el sol de la tarde de frente, pero bueno... no tenìamos otra alternativa. Llegamos agotados a las 23, y tomamos una especie de cabaña en el ùnico hotel al final de la ruta (por cierto bastante caro!!).

A la mañana siguiente encaramos la ruta hacia Huinganco, nuestro destino final, pero siempre se nos suman acontecimientos. al llegar a Neuquen decidimos visitar una familia amiga en Centenario, y al llegar a su chacra, nos convidaron con una picada y una charla que terminò cambiando nuestros planes. Nuestras amigas Ale y Rita habìan viajado hasta allì en micro, y como debìan esperar una combinaciòn hacia Chos Malal, decidimos buscarlas para almorzar. Todo esto llevò a que salièramos a las 18 deNeuquen, pensando que en unas 4 horas llegarìamos, pero el chiste culminò a la 1 y 30, luego de un "perdidos en el bosque" de varios kilòmetros.

Finalmente arribamos a Rayen -Mapu, un minicomplejo de cabañas y camping, donde jorge, Salvador y Magda nos brindaron toda la atenciòn e informaciòn para disfrutar de este magnìfico lugar.

Huinganco es denominado el Jardìn del Neuquen, porque allì fueron plantados experimentalmente miles de pinos conormando un bosque que creo un clima muy especial, con mucho verde y frescura, en medio del desèrtico paisaje rondante. A sòlo 8 kilòmetros de Andacollo, cabecera del departamento Minas, este poblado de apenas 500 habitantes es un paraìso. Rodeado por las aguas turbias del rìo Neuquen y vigilado por el Cerro Corona, no ha sido reconocido aùn turìsticamente, por lo que no cuenta con bares, restaurantes o algun servicio similar, pero sì con la ambilidad y simpatìa de su gente, que se desviven por ayudar al curioso turista que los visita.

Desde aquì pudimos realizar varias excursiones (aunque hay que rebuscàrselas para conseguir los medios): se puede visitar el mirador del Cerro San Pedro, en un paseo que no demanda màs de una hora y tener una vista espectacular de la zona. Escalar el Cerro Corona, tiene su dificultad, por lo que se debe acompañar por un guìa, pero compensa con una hermosa laguna a metros de la cumbre. Tambien estan el Cerro de La Cruz, la piscifactorìa y la fàbrica de dulces.

En la primer quincena de enero se da la fiesta de la veranada en Andacollo, donde se dan varios espectàculos festejando la labor de los crianceros, que todos los veranos arrean su ganado (especialmente chivos) hacia las zonas màs altas, de mejores pasturas, para devolverlos, luego, en la invernada.

Los poblados cercanos tambien tienen sus encantos, como Nehueve, Bella Vista, dos parajes frente a un rìo cristalino. Las Ovejas es el ùltimo pueblo a donde llegan los micros, pera la ruta de ripio continùa aùn màs, hasta llegar a Varvarco, al pie del Domuyo, el volcàn màs alto de la provincia, aunque menos famoso que su colega el Lanin. Este lugar, con sus fumarolas y gèiseres es uno de los lugares màs preciosos que he visitado en Argentina. Un cielo increìble, la confluencia de los rìos Varvarco y Neuquen, el fabuloso Cajòn del rìo Atreuco, Los Bolillos (formaciones rocosas que simulan monjes en pleno rezo) y las aguas termales en Aguas Calientes.

Transitar estos paisajes, a veces hasta engalanados con la presencia de un còndor, es un plàcer tan indescriptible, que sòlo el silencio y la mirada lejana nos permite comprender su magnitud.

Una semana fue poco tiempo para disfrutar de esta zona (aunque el viaje continuò), pero me llevo las imàgenes hermosas de un Neuquen distinto, fuera de los circuitos habituales, que te permite adntrarte en la aventura.